El 60% de los mayores que viven en residencias padecen desnutrición
El 60% de los mayores que viven en residencias padecen desnutrición, así lo han afirmado varios expertos en un artículo publicado en ABC.
Según un estudio de Nutrición Hospitalaria, la desnutrición en las residencias de mayores supera el 60%. Esto supone, además, la mayor y más frecuente causa de discapacidad en la población anciana que vive en su domicilio o en instituciones, según la investigación desarrollada por la Sociedad Española de Nutrición Parenteral y Enteral (SENPE).
Según el modelo sanitario de las personas ingresadas en centros residenciales - elaborado por la Fundación Edad y Vida - el 54,5% de los mayores padece malnutrición o están en riesgo de padecerla al comenzar a vivir en una institución. Habitualmente, para medir el nivel de salud que posee el anciano, se lleva a cabo un estudio en los primeros días que llega a la residencia: el MNA (Mini Nutritional Assessment), aceptado como uno de los mejores indicadores para valorar el estado de los mayores.
El Dr. Álvaro Cuenllas, médico y presidente de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE) asegura que “los fármacos influyen mucho en la alimentación, ya que hacen que la comida se absorba peor, además de generar poco apetito”.
Del mismo modo, la Dra. Rosa López, vicesecretaria de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y representante de la Alianza másnutridos de esta sociedad, insiste en que MNA debería realizarse de forma obligatoria cuando llegan a la residencia y, como mínimo, repetirlo cada tres meses para llevar un control en los mayores, sobre todo en los que presentan problemas con el índice de masa corporal.
Un número adecuado de controles en las personas mayores es el gran vacío de muchas residencias españolas. “Hacen falta más evaluaciones que determinen el nivel de nutrición que tienen, al igual que también es muy importante que haya un especialista por institución que supervise los menús”, asegura el Dr. Álvaro Cuenllas.
“Hay veces que los ancianos no pueden quejarse por su estado de salud, algo muy triste. Por ello, una vigilancia más exhaustiva sería una de las mejores soluciones”, afirma Dra. Magda Carlas, doctora del departamento de Nutrición de la Clínica Eugin.
No es una situación irreversible, “porque todo mejora si se llevan a cabo los ajustes necesarios. En el momento que cambia la dieta, los mayores evolucionan favorablemente. No hay que pensar que son los últimos días de su vida. Hay que luchar porque sean los mejores”, insiste Dra. Rosa López.